Para entender cómo manejar el estrés, el primer paso es comprender cómo reacciona el cerebro ante una situación amenazante, ya sea un examen, una discusión agresiva o un evento de inseguridad.
El doctor Ricardo A. Rubinstein, médico psicoanalista, y miembro titular en función didáctica APA, señaló:
“Frente a un peligro o amenaza hay tres reacciones posibles a nivel psicológico: la fuga, la lucha o la parálisis”.
“Estas dependen de un conjunto de factores que son evaluados muy rápidamente por el sujeto, consciente e inconscientemente, teniendo en cuenta, por ejemplo, la magnitud de la amenaza, recursos, oportunidad de atacar, etc. Es decir, se evalúan las fuerzas en juego que le permitirá decidir las mejores opciones”, explicó Rubinstein.
Además, a nivel corporal ocurren muchas otras reacciones. Rubinstein explicó: “Se segregan aminas endógenas, adrenalina, que preparan al corazón, a los músculos y a todo el organismo para la lucha o la fuga”.
Sin embargo, la reacción de las personas variará en función de su experiencia, la personalidad o el equilibrio emocional.
Cómo actuar en una situación de alto estrés
Existen distintas estrategias para superar los miedos. “Nuestra mente es asombrosa. Podemos entrenar nuestro cerebro para que responda de manera diferente al estrés y aprenda nuevas vías neuronales, pero eso requiere tiempo e intencionalidad”, agregó el especialista.
A continuación, brindó algunas formas de ayudar a optimizar la capacidad para responder a una situación de estrés:
1. Adoptar el autocuidado: “Mantener su bienestar es esencial para dominar la respuesta del SNS, mitigar el estrés y mejorar la resiliencia. Participar en actividades que promuevan el bienestar físico y mental, como el ejercicio, la atención plena, los hobbies y pasar tiempo con sus seres queridos. Si se cuida y prioriza el descanso, la hidratación y la nutrición adecuados, puede mantener la compostura y sostener su capacidad para brindar atención en situaciones exigentes”, recomendó la enfermera.
2. Reformular la respuesta al estrés: “Familiarícese con las reacciones fisiológicas que ocurren en su cuerpo para prepararlo para la acción. Al reconocer estos cambios físicos como adaptaciones ventajosas, puede reformular su percepción del estrés y rendir al máximo durante las emergencias”, indicó la experta.
3. Usar los sentidos. Por ejemplo, registrar la sensación de los pies en el suelo o mirar alrededor para evaluar la situación y las reacciones de los demás, puede ayudar a hacer una pausa y pensar antes de reaccionar.
4. Realizar técnicas de respiración para regular el ritmo cardíaco. La Fundación española del Corazón recomienda ejercitar la “respiración por coherencia cardíaca” para manejar el estrés.